Creo que la mayoría de países que compartimos éste espacio, celebran el día de muertos el dos de noviembre…
Salvando las diferencias entre el ‘día de muertos’ 100% Mexicano con tremenda fiesta y comilona, del día de ‘Fieles Difuntos’ más católico y menos sincrético; todos andamos entre calaveras y diablitos, como dirían Los Fabulosos Cadillacs.
Mi familia nunca fue muy tradicional en ésta fecha. Todos sabemos que seguimos juntos y eso de ‘irse’ es bastante relativo cuando sueño seguido con mis abuelos muertos. La última vez que fui a un cementerio, fue en 1998 cuando mi abuelo Óscar falleció. Volví a saludar a mi abuela Adda que se adelantó tres lustros a él y nunca mas volví. Hasta hoy…
Me llamó mi tía Ana (prima de mi madre) y me dijo: -«Mirá, voy a ir a barrer la tumba de mis papás y ando con la sensación que tengo que llevarte a ver a tus abuelos»
¿Ven lo que les digo?, en mi familia no se extraña a nadie porque todos siguen tan presentes como para mandar recados.
Pues decidimos ir al cementerio ‘Los Ilustres’ el pasado lunes 29 para no encontrarnos tanta gente enflorando y poder concentrarnos mejor con el mandado.
Cruzamos el siempre nutrido tráfico del Blvd. Castellanos hasta llegar al cementerio, compramos a orilla de calle unas flores artificiales mientras esquivamos buses y pasamos el portón desvencijado hacia el parqueo interno.
Me dio curiosidad recorrer esos caminos y como nunca he tenido mayor problema con la muerte, saqué del morral mi blackberry con su triste cámara, reparada tres veces por hundimiento (ni me pregunten) y comencé a tomar fotos.
Les comparto algunas que salieron más o menos…
Lo curioso de un cementerio tan descuidado como’Los Ilustres’, es que ahí están las tumbas de autores como Claudia lars, Salarrué (la foto donde muestro la placa ‘amo a los niños’) Arturo Ambrogi, Hugo Lindo y otros varios. igual que héroes nacionales, políticos de trayectoria, militares, comunidades internacionales y es el cementerio donde el Ministerio de Turismo junto a la PoliTur, hacen el famoso ‘necrotur’… turismo guiado por todas esas tumbas importantes y curiosas.
La banda de paz de la PoliTur toca música en vivo y siempre hay algunos teatreros actuando personajes de las tumbas visitadas como ‘la novia’, una de esas historias pasionales de la virginal mozuela envenenada el día de su boda…
En fin, ya hice ese recorrido y me siguen asustando más los vivos. Si algún día vienen a mi país, los invito al cementerio 😉
Ivonne Veciana Lindo 
Yo le encargaría una placa a ese señor, puso graban con la b correcta #Priceless.
Ilustre ella, hasta para cementerios.
Yo no voy al cementerio y espero no tener que ir en muchos, muchos años.
Al ver fotos de un cementerio como este, me pone a pensar en la cultura, sentimiento y respero que sentian los Salvadoreños de antaño, por la muerte.
Caso contraio a los de estos dias….
No quiero ni imaginar como serán los Salvadoreños del futuro!
«Tengo miedo»
Puesí, el error es pensar que la muerte se puede evitar cuando es todo lo contrario, hay que entenderla para convivir con ella… de todos modos es lo que más nos acompaña siempre. Sobre todo en países violentos como éste. Muchos ya no van a ver tumbas de familiares porque han entendido que nunca se fueron del todo y los pueden tener cerca en el momento que los necesiten, honrando cada recuerdo… el abandono de tumbas tampoco es tan malo si es por eso. Y coincido contigo, nos hace falta más cultura de muerte, de la buena.